Camino del Cid
(una semana en BTT por tierras castellano aragonesas)
Alberto Etxeandia e Julen Iturbe-Ornaetxe
Un poco de historia …
Rodrigo Diaz de Vivar, el CID, es una figura histórica
y legendaria de la
Reconquista en tiempos del rey Alfonso VI. Su nacimiento se
data en 1083 en Vivar (Burgos) y su muerte en Valencia en 1099. Por
desavenencias con el rey sufre destierro. Sus andanzas se recogen en el Cantar
del mio Cid.
Camino del Cid
Tomando como referencia los contenidos del Cantar, las
diputaciones provinciales de Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel,
Castellón, Valencia y Alicante diseñan un itinerario turístico cultural al que
dan nombre de Camino del Cid. El patrocinio de la administración asegura una
buena señalización de los trayectos, un buen soporte informativo y la disponibilidad
de medios de referencia especialmente en internet (recorridos, tracks,
alojamientos, etc.).
Sin embargo, esta característica hace que, comparando
con otras rutas de BTT (Transpirenaica, Transandalus…) de iniciativa privada,
sean recorridos menos técnicos, con menos senderos, pistas más anchas,
carreteras locales, etc., para facilitar el acceso de más público. Los
recorridos presentan diferentes alternativas para realizarse en coche,
senderismo, ciclismo…
Asimismo, como el caso del Camino de Santiago,
desarrollan un salvoconducto para ser sellado en las diferentes oficinas de
información de trayecto (este año al cuarto sello, regalo de cutre gorra).
Nuestro recorrido
El viaje lo hago con mi habitual compañero en estas
salidas, Julen Iturbe-Ormaetxe, que cuenta con gran cantidad de materiales
(post de cada uno de los días, fotos en Flickr…) colgados en internet por si os
interesa.
Yo me planteo, por asuntos de convenio, ir de Vivar a
Alhama de Aragón mientras que Julen en solitario, con más tiempo, sigue cinco
días más hasta Teruel. Mi recorrido suma 450 km en 7 días de bici con medias entra 95 km y 65 km. Normalmente salimos
sobre las 8 de la mañana e intentamos estar en el destino, fijado de antemano,
sobre la hora de comer. La tarde se destina a visitar los pueblos de llegada,
descansar y colgar el blog del día (Julen).
Los tracks del viaje están elaborados de antemano para
cada día a partir de la información que se facilita en la web de Camino del
Cid.
El trayecto de cada día es una combinación de carreteras,
pistas y algún sendero. Ciclable casi todo el trayecto excepto algunos pequeños
tramos. En nuestro caso, la cosa se complicó por causas del tiempo: pistas
imposibles hasta no poder girar la rueda del barro que se pegaba, nevadas que
nos obligó a alejarnos a toda leche de la zona de ventisca (recorrido en tren
de 25 km),
pequeñas lesiones…, lo cual modificó el recorrido previsto e hicimos más
carretera de lo que nos gusta. Eso sí, carreteras sin apenas tráfico.
Normalmente cada 10 km., a diferencia de otras rutas, llegábamos
a algún pueblo (entender como tal agrupación de casas con entre 50 y 400
habitantes) por lo que el suministro de agua estaba asegurada e incluso, a
veces, había bar – y estaba abierto – para comer/beber algo.
Todo el trayecto entre una altura de 900 a 1.300 metros.
Las etapas
El recorrido comienza el sábado 31 de marzo
(casualidad tras una cena el viernes que me mantuvo en el after hours de Los
Txopos hasta la cuatro de la mañana), cogiendo el tren sobre las 9 de la mañana
en la estación de Mundaka. Llegada a Atxuri, recorrido en bici por la Gran Via y a coger el
autobús, ya con el compañero, en Garellano a Burgos. No tuve problemas, a no
ser una mirada rara del conductor, para meter la bici tal cual en el maletero
del autobús (suerte).
En Burgos, nos dirigimos en bici a Vivar, a unos 15 km, donde se inicia el
Camino. Allí está la Legua
0, punto de salida. Momento triste porque en ese lugar había un mesón y sus
dueños nos contaban que se jubilaron este mismo año y parece que ahora no
sabían en qué emplear su tiempo. En cualquier caso, nos pusieron el primer
sello, sacaron una réplica del espada Tizona y se empeñaron en sacarnos unas
fotos estilo caballero (uno rodilla en tierra y el otro poniendo la espada
sobre su hombro). Al menos ellos disfrutaron. De allí, vuelta por el track a
Burgos donde dormimos.
Primera etapa de verdad entre Burgos y Huerta del Rey
(pueblo curioso por lo complicado del nombre de muchos de sus habitantes como Evilasio,
Gláfida, Filadelfo, Walfrido,.. obra de un gracioso secretario de su
Ayuntamiento durante el siglo pasado). El bar donde paramos se llamaba Warta.
Para llegar, discurrir por el Monasterio de San Pedro de Cardeña, Covarrubias,
Santo Domingo de Silos en la etapa más larga.
De Huerta
hasta San Esteban de Gormaz, con una bonita subida entre pinares – una de las
más bonitas del recorrido- entre Langa de Duero y Castillejo de Robledo. En
Castillejo paramos en un bar, el único, y nos atendió Javi. Nos llamó la
atención la cantidad de diferentes botellas de ron (decía que más de 50, una de
ellas de nombre Comandante Fidel con su cara y gorra en la etiqueta) y de
ginebra que tenía. La curiosidad nos pudo y nos comentó que era subcampeón de
España de cócteles (en un pueblo de 250 habitantes). Le sugerí la idea de poner
un bar en Mundaka para mejorar, aún más, la calidad del trago local ;-).
La tercera
etapa nos lleva a Retortillo de Soria. Pero antes pasamos por La Rasa, una meseta grande entre
montes, lugar de nacimiento de Marcelino Camacho. Un agricultor que cultiva una
enorme extensión de manzanos nos dice que desde allí en la guerra civil salían
los “aviones que bombardearon vuestro país”. Se refiere a que la Legión Cóndor tenía
en ese mismo lugar la pista de operaciones de la Aviación que bombardeó,
entre otras localidades, a Gernika y Durango.
De Retortillo
avanzamos hasta Sigüenza en una etapa con problemas por la lluvia. Y los
problemas empezaron cuando una pista nos agarró – es de verdad – sin que
pudiéramos avanzar. Poner los pies en el suelo era aún peor porque se pegaban
dos kilos de barro. Y así avanzamos tres kilómetros. A la primera carretera que
pillamos, tras limpiar con el típico palito el barro de calas, cambios, cuadro,
etc., seguimos por Atienza hasta Sigüenza.
Tras hacer noche, al día siguiente hasta Maranchón –
pueblo en el que la gente grita mogollón en los bares y donde disfruté del
triunfo del Athletic contra el Schalke 04 - sin mucha más historia que la
lluvia y un tramo que nos atrevimos a dejar la carretera y seguimos una pista preciosa
pegada al río cercana al pueblo de Anguita.
Y llega el último día, viernes, con el tramo entre
Maranchón y Alhama de Aragón. Día de despedida y de dolores. A los 15 minutos
de salir nos pilla una nevada a 1.200 metros de altura. La imagen es dos tipos
en bici por una carretera localísima, con una niebla y una ventisca de pelotas.
Uno de ellos, yo, en pantalón corto. Las alforjas cubiertas de nieve como las
piernas. Calados hasta los huesos llegamos a Arcos del Jalón y tomamos la
decisión de avanzar en tren hasta Ariza. Pero antes un café en el primer bar
que vemos.
Casualidad, bar de un hincha del Athletic con esa combinación tan chic de banderas, banderines, fotos y camisetas de su equipo, acompañadas de otras numerosas enseñas rojigualdas, de la legión, etc. O sea, mucha diversidad. De Ariza bonita pista hasta Alhama de Aragón, fin del trayecto. Como premio, a dormir y tomar las aguas en un balneario. Momento agradable del día. Antes, empaquetar la bici con bolsas de basura de comunidad y cinta adhesiva para que la recoja MRW el lunes siguiente y la mande a Mundaka con las alforjas (todo, 65 €) .
Casualidad, bar de un hincha del Athletic con esa combinación tan chic de banderas, banderines, fotos y camisetas de su equipo, acompañadas de otras numerosas enseñas rojigualdas, de la legión, etc. O sea, mucha diversidad. De Ariza bonita pista hasta Alhama de Aragón, fin del trayecto. Como premio, a dormir y tomar las aguas en un balneario. Momento agradable del día. Antes, empaquetar la bici con bolsas de basura de comunidad y cinta adhesiva para que la recoja MRW el lunes siguiente y la mande a Mundaka con las alforjas (todo, 65 €) .
Material
Aparte de la bici, claro, llevo un Garmin Edge 705 –
la conciencia -, una Gopro – la vista – y una cámara de fotos. Todo ello en
unas alforjas Intox que sin ser las mejores del mundo a mí me van bien (caben
bastantes cosas por lo que también pesan bastante). El vestuario es el básico:
ropa para después de la etapa y un único equipaje de bici (lo cual implica que
hay colada todos los días, unas veces en lavadora que nos van dejando en las,
normalmente, casas rurales donde dormimos y otras a mano).
Información detallada
Internet está plagada de información. Recomiendo:
●
Blog de Julen Iturbe: blog.consultorartesano.com
●
Flickr de Julen Iturbe
●
Wikiloc: www.wikiloc.com (tracks de los recorridos en el usuario
aetxe)